miércoles, 17 de febrero de 2010

Aramos, dijo el mosquito...

"...quiero decirles que no vayan a creer que este árbol que he plantado es el primero que planto en mi vida, no.
He plantado en mi vida, recién le decía a Homero Bibiloni, nuestro secretario de Medio Ambiente, entre plantas, arbustos, árboles, rosales, más de tres mil o cuatro mil. En realidad -vamos a ser sinceros- yo digo dónde van y otros van y los plantan, pero lo importante es la voluntad y la intención de forestar
..."
"Cuando uno escuchaba al señor Jacques Diouf hablar de las cifras del alimento que se tira, de la comida que se deconstruye y, al mismo tiempo compararla con la cantidad de gente que carece de esos alimentos..."

Esto lo dijo el 21/10/09 en el acto de apertura del 13° Congreso Forestal Mundial realizado en la Plaza Colón, ciudad de Buenos Aires.
Cris..."plantar" un árbol es tomar una pala, cavar un agujero en la tierra, colocar el árbol (por la raíz, eh) y después acomodar la tierra removida. ¿Cómo es eso que "decís dónde van"? Tu padre, que trabajó como conductor de colectivos, se subía y manejaba...no los guiaba a control remoto....
Y eso de que la comida se "deconstruye"....bueno, si logramos descifrar este enigma, seguramente podremos acabar con el hambre en este mundo...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vamos a ver: Supongamos que empezó a plantar árboles a los quince años, porque antes era muy chica. Si sacamos la cuenta, resulta ser a razón de 100 árboles por año. Como me parece que en sus primeros años no tendría personal a su servicio, podemos pensar que los plantaría ella en persona. O sea que plantaba un árbol (o un arbusto o un rosal) cada tres días. Ahora caemos en la causa del porqué no pudo estudiar.
Además, debemos pensar que esa cantidad de árboles ocuparían una superficie de terreno grande y le darían un trabajo enorme entre la poda, el protegerlos de las plagas,el juntar las hojas secas en otoño e invierno, así que mucho tiempo no le quedaría libre. Su adolescencia ha sido muy desdichada. Aunque pensándolo bien, Cris, ¿No se te habrá ido un poco la mano o la lengua? Salvo que, tal como lo dice ella, cada vez que plantaba un rosal, pensaba: "Acabo de plantar una planta, un arbusto y un rosal, es decir, tres unidades..." y así las asentaba en sus registros de forestación. Así y todo la cifra es un poco difícil de creer.
Ay, Cris querida: ¡Qué diferente serías si siguieras plantando en lugar de hablar!

Irma Mariscotti dijo...

¿Qué discurso diría Cristina, la tolosita, si inaugurase una maternidad?
¿Una escuela?
¿Una biblioteca?
En todo está prendida, me imagino que habrá escuchado esas filosofías que sostienen el todo en todo, Cristina está en todo, ella es el todo de todo.
Con eso de la voluntad, nos quedamos con que lo importante es la voluntad, ella no necesita un punto de apoyo para mover el mundo, con la voluntad le alcanza.
Arquímedes se tendría que haber dedicado a plantar árboles.

Aviso importante: la Real Academia Española, ha descubierto una palabra nueva, la comida se deconstruye.
A Cristina, la tolosita, le falla el cable que conecta el cerebro con la lengua, se lo deconstruyeron con la comida.