"...somos un país de integración, abierto, de paz, sin conflictos étnicos ni religiosos, los cuales nos convierte en un país con mucha conflictividad, realmente en modelo, por lo menos, en esto."
"Acá hay dos cosas: el mate y el fútbol; el tango y el dulce de leche, pero el fútbol que modifica costumbres, horarios y bueno y aquí estamos..."
"Hoy se han firmado los ministros acuerdos que también creo que ya están listos, pero lo importante es que no solamente se quede en acuerdos, sino poder concretar políticas concretas, que después se formalizan en acuerdos."
"No puede ser…no puede ser que el rezarle a un Dios o a otro pueda ser causal de división entre países, entre hermanos. Y lo decimos en un país en donde convivimos todos…todos absolutamente, los que creen en un Dios o en otro y los que no creen en ninguno también y son respetados todos porque esta es la base de la construcción que además cuando uno interpreta correctamente digamos los tres libros básicos de las tres religiones monoteístas del mundo uno no puede encontrar, por más que haga esfuerzo en la lectura de ellos que impongan la muerte; que impongan la guerra, o que impongan que uno tenga que desaparecer para que viva el otro; al contrario los que interpretan de esa manera las Sagradas Escrituras, de cualquiera de las tres religiones, están malversando precisamente lo que ellas dicen."
Esto lo dijo el 02/07/10 en el almuerzo ofrecido al presidente de la República Arabe Siria, Bashar Al-Assad, en el Hotel Hilton de la Ciudad de Buenos Aires.
Como ya es público y notorio, nuestra oradora en jefe suele contradecirse con cierta frecuencia en sus dichos, pero creo que en esta oportunidad merecería un lugar de privilegio en el Guinness Book. Veamos: en el primer párrafo nos dice que somos un país sin conflictos de ningún tipo pero con mucha conflictividad...y encima un modelo en eso...
En el segundo, haciendo gala de una diversidad magnífica en los símbolos argentinos, dice que "acá hay dos cosas", pero cita cuatro...claro, al asado seguramente no lo quiso mencionar a instancias de "Morenito"...no era cosa que después suban el precio...
El tercer párrafo es un curioso circunloquio: políticas concretas que deben ser concretadas y acuerdos previos que después de pasar por lo anterior devienen nuevamente en acuerdos...en fin.
Y en el último párrafo vuelve a darnos una clase magistral sobre las religiones, como ya lo había hecho hace algún tiempo (ver en este mismo blog la entrada "Conflicto cristino-israelí", del 08/03/10); refiriéndose al viejo conflicto de Medio Oriente, expresa "rezarle a un Dios o a otro" o "creer en un Dios o en otro", cuando ella misma más adelante habla de las tres religiones monoteístas...Cris, a ver si nos ponemos de acuerdo: esas tres religiones monoteístas, llamadas también "abrahámicas" (Judaísmo, Cristianismo e Islam) creen en un solo Dios que es el mismo, no importa cómo se lo denomine en las diferentes lenguas que usan sus fieles...además, eso de "los tres libros básicos" es bastante discutible: la Biblia hebrea (Tanaj) es lo mismo que el Antiguo Testamento de la Biblia cristiana salvo los libros deuterocanónicos...es decir, ambas versiones comparten más de lo que no comparten...y después dice que los que interpretan mal los libros sagrados están "malversando"...¿Sabrá lo que significa esta palabra? Me parece que quiso decir "tergiversando", pero claro...le sonó parecido y...¡Sé gual!
Estimado lector, escuche las palabras proféticas:
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Hace 7 años
3 comentarios:
Cristina, la tolosita, no leyó el Antiguo Testamento, para ella será exclusivo de los judíos.
Si hay un libro donde se establece la pena de muerte, y se relatan crónicas de guerras y matanzas, entre conocidos, desconocidos, amigos y enemigos, paisanos y extranjeros. Ese libro es el Antiguo Testamento.
¿De dónde piensa Cristina que los pueblos de oriente tienen el apedrear a las mujeres adúlteras?
Creo Cris es la autora de aquella célebre frase: "Los cuatro puntos cardinales, son tres: Norte y sur" y aquí descubre que hay dos cosas: el mate y el fútbol y el tango y el dulce de leche, "y bueno y aquí estamos..." porque ya no pudo agregar más, sino hubieran sido seis o siete y al precio de dos.
No tenemos conflictos sino conflictividad, que es una palabra mucho más linda para mechar (total es seguro que el sirio no debe saber castellano, y si lo sabe ya a esta altura se había perdido)y si eso nos convierte en un modelo de país, bienvenido sea.
Lo que no le puede entrar en el cacumen es que por más que se les rece en idiomas distintos, Dios es Dios y pare de contar. El delito de malversación no existe en la religión, quizá sí en el manejo de los fondos públicos...¡Oh, qué casualidad...!
Voy a reincidir: ¿Cómo es eso de que los ministros se han firmado? Espero que esas firmas no hayan sido hechas con tinta indeleble, porque si no, no sé como se las iban a limpiar...
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