martes, 13 de julio de 2010

Insubordinación y valor

"Yo quiero felicitar a la rectora por esta tarea de concientización y de insubordinación al aparato cultural, hay que ser insubordinados al aparato cultural que durante años, y aún hoy, sojuzga la mente de los argentinos."
"Creo que tenemos que volver a apoderarnos de la historia, que no nos cuenten más una parte de la historia, que nos cuenten la historia completa."
"...yo no soy autocomplaciente con nosotros mismos..."
"...y nos pedía si podíamos nosotros contribuir a realizar una agencia latinoamericana de validamiento de títulos, de modo tal que el título de aquí valga allá y el de allá valga aquí..."

Esto lo dijo el 05/05/10 en el acto de inauguración del Aula Magna de la Universidad Nacional de Lanús.
Nuestra oradora en jefe, que de insubordinaciones e insurrecciones sabe mucho, plantea sin medias tintas la rebelión contra el orden cultural establecido. Claro, hay que eliminar el "aparato" cultural vigente para reemplazarlo por otro más acorde a sus ideas...y para eso, "apoderarse de la historia" es lo fundamental. Ahora, ¿cúal será la parte de la historia que falta contar según ella? ¿La de los fondos de Santa Cruz?
Después dice que no es autocomplaciente con ellos mismos...sí Cris, y yo tengo un automóvil que se mueve por sí mismo...
En el último párrafo hablaba del presidente ecuatoriano Rafael Correa, pero seguramente lo que éste quería era una agencia de validación, porque de validamiento creo que no tendría mucho éxito...
Estimado lector, lo dejo con el aparato cultural:

3 comentarios:

silvia dijo...

cuadro intelectual: adjetivada ayer nomas. Es kris la abanderada de la inetelectualidad? Me niego a pertenecer!!

Anónimo dijo...

¿Apoderarse de la historia una vez más? ¿No les alcanza con manipularla como lo están haciendo, que quieren volver a desformarla para que diga lo que ellos quieren escuchar? Seguramente han de tratar de que conste que la Nación Argentina se fundó en el año 2003, que es este el mejor gobierno habido y por haber, que los principios fundamentales de los derechos del hombre fueron implantados por ellos, que las leyes no existían antes de ese año, que el Código de Hamurabi es un relato de fantasía, que la Revolución Francesa se refiere a la moda femenina, y que la democracia es tan sólo una ilusión. Si así fuere, estaría justificado insubordinarse y mandar al archivo todo lo que la cultura y en especial la historia pueden tratar de contarnos. Una especie de Librito de Mao, pero en castellano.
Y si ella no es "autocomplaciente consigo misma" no puede pedir, como a menudo lo hace, que los demás le perdonemos los errores que a diario comete. El ser una especie de Catrasca con investidura, no la pone a salvo de ser criticada.

Irma Mariscotti dijo...

"agencia latinoamericana de validamiento de títulos..."
Estimada Cristina, lo títulos son relativos a quien los posee.
Hay títulos que son válidos solamente entre unos pocos, por ejemplo ese famoso título de abogada que me huele raro.
Para que un título tenga validez, es necesario que quien lo ostenta también lo merezca.
Como ejemplo: una mujer que ni siquiera sabe hablar su lengua materna, poniendo por caso el español, frente a un micrófono dice tonterías, afirma que tiene un título de abogada, y todos nos preguntamos cómo es posible que un abogado no sepa conjugar el verbo en presente del indicativo, primera persona como siempre del singular. "Yo digo, yo me pregunto, yo pienso, yo veo, yo creo, yo, yo y yoyo."
Analicemos un par de frases del discurso de Cristina, "yo quiero...yo no soy..."

Mi experiencia viviendo en Suiza, es que mucha gente de distintos países de América Latina quieren trabajar en tierras helvéticas. Muestran títulos de universidades de Perú, Colombia, Costa Rica, Venezuela, etc., y son rechazados.
Suiza reconoce solamente títulos de estudios superiores hechos en Brasil y Argentina.
Pero el título a secas no alcanza, hay que dar un examen de convalidación, y una vez aprobado se puede empezar a conversar.
Lo siento Cristina, pero tu título de abogada no te sirve ni para mostrárselo a Hugo Chávez.